Revolucionó los
parámetros educativos, poniendo al Niño como auténtico protagonista de todo el
proceso educativo. Puso en marcha la primera Casa dei Bambini, en el barrio
romano de San Lorenzo, el 6 de enero de 1907 marcando un antes y un después en
la educación infantil. Fue una auténtica revolución que se basaba en la propia
experiencia educativa. Transformó tan radicalmente la educación infantil, que
después nada pudo ser igual que antes. Creó nuevos materiales con el objetivo
de favorecer el autoaprendizaje. Puso la escuela al alcance del Niño, pensando
que, si tenía que cambiar algo, debía ser la Escuela, adaptándola al mundo
infantil y no el niño adaptarse a la escuela. La Dra. Montessori se dio cuenta de la importancia que
toman todos los sentidos para el aprendizaje ya que recibimos la información a
través de ellos recogiéndola y archivándola en nuestra mente. Si no aprendemos
de esta forma, no estamos aprendiendo, simplemente memorizamos y durante un
periodo de tiempo retenemos en nuestra memoria, pero probablemente en
algún momento dejaremos de acordarnos, porque no hubo comprensión, porque
no absorbimos el aprendizaje, no lo entendimos, ni siquiera lo vivimos. Solo lo
escribimos, memorizamos en alto y ya está. Pero una suma no pasó por nuestras
manos, y tampoco lo hizo el número dos…simplemente cantamos la canción y
memorizamos.
En el Método Montessori los niños se desarrollan en un
ambiente preparado, basado en unos principios naturales muy claros (autonomía;
independencia; iniciativa; capacidad de elegir; desarrollo de la voluntad; y
autodisciplina) con la idea de que el Niño sea su propio maestro. Montessori quería
dar a cada persona la oportunidad de poder desarrollar sus propias capacidades,
por sí misma y con los otros. Y, de esta manera, ayudar a los niños a ser unos
seres más humanos más equilibrados e independientes.
Como bien sabemos, las matemáticas son abstractas, en cambio
los niños de 0-6 años no lo son, son concretos, y por ello María Montessori
materializó lo abstracto convirtiéndolo en concreto.
Por orden vamos aprendiendo las
cantidades, descubriéndolas, explorándolas. Después sus símbolos y finalmente
asociamos los símbolos con las cantidades. Todo tiene una progresión, un
proceso. Los materiales Montessori de matemáticas ayudarán al pequeño a
sentirse parte del proceso.
Aquí os muestro algunos de los materiales:
Os recomiendo visitar el post de Matemáticas manipulativas dónde explico algunas de estas actividades caseras Montessori.
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